“Nosotros pocos, felices pocos, nosotros, grupo de hermanos”.
William Shakespeare, Enrique V.
Marx y Engels decían del Estado moderno que “no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa” (Manifiesto comunista, 1848). Parafraseándolos, podríamos decir: “la asamblea universitaria marplatense no es más que una junta que administra los negocios comunes de todas las gestiones docentes”. Esto, en principio, porque la conformación misma de la asamblea es abrumadoramente docente: de los 108 asambleístas, 54 representan a ese claustro, y 54 es el número exacto que requiere el Estatuto de la UNMdP para tener quórum (Artículo 82). Es decir, pese a la Reforma del ’18, pese a su principio de co-gobierno, la Universidad de Mar del Plata puede gobernarse en última instancia sólo con los representantes elegidos por los docentes “regulares” (esto es, “concursados”), que constituyen una minoría absoluta. Y aún si todos los asambleístas participaran en una sesión, los docentes seguirían teniendo mayoría absoluta, puesto que los claustros de docentes y de graduados (que son docentes también), conforman los dos tercios de la asamblea universitaria (72 asambleístas; el 66,66 %). ¿Cómo no va a ser esto una junta de negocios docentes, si su mayoría absoluta representa los intereses de éstos, posiblemente enfrentados unos con otros, pero no precisamente en este punto? Nada de todo esto se quiere reformar en la asamblea universitaria convocada para el 30 de Septiembre a las 09:00 hs.
Paradójicamente, eso que se ha dado en llamar “asamblea universitaria”, de asamblea sólo tiene el nombre. No es la primera vez que sucede esto; un ejemplo de ello son las asambleas patronales del 2008, convocadas a la vera de la Ruta de la Soja. Este “asambleísmo nominal” sirve para legitimar lo contrario de una asamblea: las reuniones de elite a puertas cerradas; las infinitas delegaciones del poder decisión de todxs, puesto en manos de unos pocos presumidamente “notables”: ellos, los representantes…; la excelencia académica y la meritocracia como excusas para el voto calificado y la aristocracia.
Aquí se hace necesario recuperar una de las preguntas marxistas fundamentales: ¿cómo es posible que estando las mayorías bajo el sometimiento de una pequeña minoría privilegiada no se rebelen contra ésta? ¿Cómo es posible que el “demos universitario” –que según la Reforma “radica principalmente en los estudiantes” (Manifiesto Liminar, 1918)– permanezca disciplinado ante esta situación? ¿Cómo es posible que incluso de las filas de esa mayoría estudiantil sometida sea de donde surgen los más acérrimos defensores del status quo? Se nos presentan dos alternativas para responder a estas preguntas: o bien estos estudiantes colaboracionistas creen en efecto que la aristocracia vigente es una democracia, o bien sueñan con pertenecer a ella el día de mañana a la casta dominante. O puede ser que esta disyunción se resuelva de esta forma: saben que adherir a esa democracia restringida, llenarse la boca hablando de ella, es la más eficaz de las fachadas que esconde su pretensión de ingresar en ese círculo selecto. En este grupo de estudiantes se ha encontrado históricamente la Franja Morada (UCR). En ese mismo sector encontramos hoy, entre otros, a CAUCES (Corriente de Alumnos Universitarios de Ciencias Económicas y Sociales – Partido Socialista) y a La UNIDAD (CEPA – JCR – PCR). CAUCES, demostrando su espíritu guardián al formar un cordón policial alrededor del aula magna donde se eligió fraudulentamente al actual rector Morea; La UNIDAD, haciendo gala de su stalinismo declarado, al actuar recientemente como grupo de tareas apaleando a estudiantes y docentes que cuestionamos el actual estado de cosas y que denunciamos la complicidad de estas agrupaciones estudiantiles.
La última asamblea universitaria del 19 de Agosto no fue una excepción a este tipo de política. Convocada para reformar el Artículo 149 del Estatuto, que rige la elección de Decano de las distintas Facultades, se buscaba garantizar el quórum propio de los docentes para dicha elección, eliminando así la necesidad de que esté presente el claustro estudiantil en esa fundamental decisión. Se intentaba trasladar la dinámica propia de la asamblea universitaria a las Facultades, ya de por sí organizadas antidemocráticamente. La reacción del claustro estudiantil ante esta aberración promovida en la asamblea universitaria fue apoyar la moción de la gestión del Rectorado de llamar a una nueva asamblea para el 30 de septiembre con el fin de llevar “más discutidas” las propuestas de reforma. Con esta medida demagógica se legitima un proceso de reforma que ya está resuelto, puertas adentro, por los mismos pocos de siempre. Por si esto fuera poco, la conducción del Centro de Estudiantes de Humanidades, La UNIDAD (CEPA – JCR – PCR) no convocó ni convocará a una sola asamblea, pública y abierta, de Humanidades para discutir entre todxs cómo encarar esta lucha por democratizar la universidad. Y por si esto fuera menos aún, los “representantes” estudiantiles de Humanidades en la asamblea universitaria (nuevamente, La UNIDAD), luego de finalizada ésta, reprimieron con palos y trompadas a aquellxs estudiantes y docentes que nos habíamos manifestado en contra de su política, no menos elitista y cerrada que la de las gestiones docentes que ellos apoyan.
Si queremos subvertir el orden antidemocrático de la universidad empecemos por discutir entre todxs, en asambleas abiertas a todos los claustros, cómo queremos que sea nuestra participación en dichas reformas, sin intermediarios, sin dirigentes y sin representantes. Sin limitar lo que queremos hacer con la universidad a los estrechos márgenes de las asambleas celestiales donde sólo se reúnen los felices elegidos.
Si queremos democratizar la universidad, bajemos la asamblea a la tierra.
Lunes 6 de Septiembre, 16 hs:
REUNION ABIERTA DEL ESPACIO DE CONSTRUCCIÓN ASAMBLEARIA para informarnos y debatir sobre la reforma del Estatuto.
Miércoles 8 de Septiembre, 18 hs:
ASAMBLEA INTERCLAUSTROS HUMANIDADES.
Espacio deconstrucción asamblearia.
construccionasamblearia@gmail.com
Mar del Plata, 30 de Agosto de 2010.