El famoso director de thrillers, Francis Ford Morea, intentará estrenar este próximo jueves 19 de agosto en la sala Coca Maggi, en el complejo universitario, a las 9 hs., la segunda parte de su escalofriante saga ‘El silencio no es de los inocentes’.
No es novedad para nadie los escasos y bajos recursos del cine de Ford Morea: ya lo conocemos por películas como ‘Privatizando el comedor’ y ‘Todavía se lo que hicieron la asamblea pasada’. Suele decirse que las segundas nunca son buenas, pero en el cine de Morea ni las primeras ni las segundas partes son buenas. Sabemos de sus vulgares estrategias para filmar: en vacaciones y con acceso restringido, con actores de poca monta aunque muy bien pagos, con un guión que siempre parece llevar al mismo desenlace, y que no provoca el más mínimo suspenso. El cine de Morea no causa terror ni por su guión ni por sus efectos especiales sino por el clima que generan sus polémicos estrenos. Sin ir más lejos, el avant premiere de la primera parte de la saga fue sólo posible con un cordón organizado por sus guardaespaldas personales de uniforme verde.
La segunda parte de la saga tiene como elemento central la reforma del Estatuto Universitario. Una vez más, con las aulas vacías y sin un debate previo, el rector de
La resolución del rectorado que convoca a
En una segunda instancia se pretenderá reformar los artículos del Nº 1 al 148 y del 150 al 191. No hay realmente información certera sobre la totalidad de la intención de estas reformas, sin embrago, a la luz de lo ya visto se puede inferir sin mayores dificultades que dicha intención es no menos que siniestra. De hecho, una de las pocas modificaciones que han trascendido es la de la incorporación de sólo un trabajador universitario (definidos normalmente a través de la negación de quienes sí tienen entidad: trabajadores no docentes) al Consejo Superior y sólo otro a
En ambos casos, las reformas planteadas dejan entrever lo que siempre subyace: sólo un claustro es importante, el resto –mayoría real en la universidad- sólo ocupa lugares de ‘gentileza’ que los condenan a la dicotomía: pichones cómplices o espectadores maniatados.
Como si esto fuera poco, los mismos que defienden el accionar funesto de la gestión (pichones cómplices: CAUCES – Franja Morada –
La reforma que se pretende llevar a cabo el 19 de Agosto, más que una reforma es una restauración. Los cambios impulsados por la gestión no pretenden mejorar el estado de cosas vigentes, sino que por el contrario nos retrotraen a estadios anteriores a
Peor que no ser revolucionario es decirse revolucionario y ser reformista, y aún peor es decirse reformista y ser un restaurador.
¡No dejes que te la cuenten. Impidamos que la grotesca película se estrene!
Espacio deconstrucción asamblearia.
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